En esta ocasión te comparto cómo funcionan los geles energéticos, para que puedas comprender cuándo y con qué frecuencia consumirlos y asegurar el máximo rendimiento en tus entrenamientos y competencias.
Nuestro cuerpo utiliza dos fuentes principales de combustible para alimentarse cuando hacemos ejercicio: grasas e hidratos de carbono. La grasa es un recurso abundante, pero brinda energía de forma lenta, por lo que es una fuente de combustible ineficaz cuando corremos a grandes velocidades, por ello, los hidratos de carbono se vuelven la fuente principal de energía. Generalmente, cuanto más rápido corremos, mayor es el porcentaje de combustible proveniente de los hidratos de carbono, el problema con ellos es que sólo se puede almacenar una cantidad limitada en los músculos en forma de glucógeno.
Los geles energéticos están diseñados para brindar a tu cuerpo energía cuando ya no tiene reservas, sin embargo, no es necesario esperar a que se terminen las reservas para comenzar a utilizarlos. Cada corredor absorbe y procesa los hidratos de carbono a un ritmo diferente, algunos pueden sentir el efecto dentro de los tres minutos, mientras que otros pueden tardar hasta 15 minutos. Esta variación en absorción tiene mucho que ver con la forma como tu estómago reacciona al gel, es por ello que un factor importante a considerar es que sean muy amigables con tu estómago y preferentemente elaborados a partir de ingredientes naturales.
Es necesario empezar a tomar geles relativamente temprano en la carrera, aproximadamente a los 45 minutos. Al hacerlo de esta manera, el cuerpo tiene mayor oportunidad de absorber los azúcares de forma rápida y sin problemas para tu estómago.
Debido a que el proceso de digestión se retarda o se detiene mientras más avanzamos en la carrera, es recomendable esperar mínimo otros 45 minutos antes de introducir otro gel. Es importante que tomemos nuestros geles teniendo en cuenta el tiempo y no tanto el kilómetro en el que vamos, ya que si corremos más rápido o más lento de lo planeado, puede que el momento en que nuestro cuerpo requiere energía no coincida con el kilómetro esperado y nos desfasemos.
Otro aspecto a tener en cuenta es que nuestro sistema digestivo es entrenable como casi todas las otras partes de nuestro cuerpo, por lo tanto, si comemos geles durante los entrenamientos, sobre todo si lo hacemos en intervalos fijos tal y como los tomaríamos durante la carrera, nuestro cuerpo aprenderá a mantener el tracto digestivo y va a digerir el gel más fácilmente. Por eso es fundamental practicar la estrategia de abastecimiento siempre que sea posible durante los entrenamientos.
Recuerda consumirlos siempre con agua y no con bebida deportiva, ya que éstas también contienen azúcares y al aumentar la concentración se puede tener un efecto laxante. El consumirlos sin agua hace que tarden más tiempo en digerirse y entrar en el torrente sanguíneo.
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Saludos…
Jesús Núñez Rodríguez